miércoles, 10 de agosto de 2011

Lenguaje, Lengua y Habla

La lengua es un sistema arbitrario de signos que los miembros de una comunidad establecen por convención, con el fin de comunicarse. El habla es la realización concreta del lenguaje, ya en el discurso oral, ya en el escrito.

Es a principios del siglo XX, cuando Ferdinand de Saussure (lingüista suizo) plantea una distinción concreta a una problemática que se venía gestando desde tiempo atrás. La misma hacía referencia a la utilización de los términos lenguaje, lengua y habla para aludir a un mismo  concepto. Para ello el suizo propone como base lo siguiente:

                                  LENGUAJE = LENGUA ---------- HABLA

·         El hablante hereda el idioma de una comunidad y asimila su funcionamiento de forma progresiva.
·         El habla es la manifestación de la lengua en el discurso.

             Por lo tanto, el hablante hereda de su comunidad el idioma, asimilando su funcionamiento de manera progresiva. Mientras que el habla, es la manifestación de la lengua en el discurso.

           Se entiende por lenguaje humano al conjunto de medios más o menos sistematizados de que se vale el hombre para comunicarse con sus semejantes, esto es, el medio para expresar pensamientos, sentimientos, deseos, estados de ánimo. Comprende el lenguaje:

·         Mímico o gestual –ademanes y gestos-
·         Fonético u oral –sonidos articulados-
·         Gráfico o escritura –grafías-

El lenguaje, además de ser una facultad del hombre, es un producto social. El niño aprende a hablar intuitivamente y por imitación; sin embargo, este aprendizaje no podría realizarse si en la persona misma no existiera la posibilidad biológica y mental de realizarlo. Por otra parte, aunque el individuo tenga la facultad de procurarse un sistema de comunicación, éste no podrá funcionar si no se establecieran las relaciones humanas.

De aquí se desprende que:

Lenguaje = facultad humana de comunicación

De este modo, para que dos individuos puedan comunicarse son indispensables: la facultad humana para hacerlo y las condiciones sociales para desarrollarlo. Un niño aislado desde su nacimiento emite sonidos guturales que evidencian su facultad para manifestarse, pero carece de un lenguaje, es decir, de un sistema que le permita comunicar lo que piensa y lo que siente.

El desarrollo del lenguaje tiene dos etapas:

a) La que corresponde a la intuición, donde se imita el comportamiento verbal.
b) La que corresponde a la convivencia, donde se aprenden la lógica y la gramática.

Se dice que la lengua es intuitiva, porque el hombre, al aprenderla inicialmente, no conoce reglas gramaticales ni lógicas para su expresión. Adquiere este conocimiento en los primeros años de su instrucción escolar
.
El segundo periodo del desarrollo lingüístico es producto de la convivencia social. El vocabulario inicial aumenta y la construcción gramatical se hace más compleja: pasa de la espontaneidad a la reflexión sencilla.

            Por su parte, la lengua es el sistema de palabras que emplean habitualmente, como propio, los habitantes de una comunidad hablante. Es un sistema de intercambio intelectual humano, obra de un grupo social que tiene como base su comunidad y su cultura. Se le llama también idioma. Del latín idioma que procede del griego idios que quiere decir propio, especial.

La lengua, como uso temporal – espacial del lenguaje, constituye también un sistema de constante interacción con el medio que lo rodea. La lengua, al ser un sistema de comunicación, está determinada por tres factores: el código, la raza y la cultura del grupo social.

De esta forma decimos que:
  
             Lengua = convención social de un sistema, supeditada a la geografía.

“Las lenguas se diferencian entre sí por los sonidos y la estructura de las palabras, por las distintas formas de las combinaciones, de los cambios, por las diferentes estructuras de las oraciones. La diferencia de las lenguas entre sí radica en la diversidad de significados gramaticales y más aún, en los modos de su expresión, es decir en la diversidad de recursos gramaticales”.

           Finalmente, el habla es el uso particular que el hablante hace de la lengua. Se realiza al expresar los signos lingüísticos que tenemos en la mente. Es de naturaleza individual porque en su realización aparecen las peculiaridades de cada individuo.

No todas las personas hablan igual, aunque habiten dentro de una misma región. Utilizan un lenguaje sujeto a las mismas convenciones gramaticales de su lengua; sin embargo, se expresan de distinta manera. Esto se debe a que, no obstante vivir en un sistema social donde actúan, se comunican e influyen constantemente unas sobre las otras, cada persona conserva siempre algo que le es propio y la distingue de las demás; tiene una personalidad que se refleja en la sección y la articulación de sus palabras. Un mismo pensamiento o sentimiento puede expresarse de diferente manera.

Ejemplo:
*Tengo hambre y quiero comer
*Siento apetito, quiero comer
*Me gustaría comer porque tengo hambre

Y aún quedarían muchas y distintas maneras de manifestar el mismo deseo. Estas diferencias en la sección de las palabras y en la manera de relacionarlas es lo que constituye el habla.
Entonces:
                                  Habla = expresión individual de la lengua.

De aquí que sea posible distinguir el habla desde varios puntos de vista; por ejemplo, el generacional, el cultural y el sexual.

*Generacional = habla adulta, habla juvenil, habla infantil.
*Cultural = habla culta, habla analfabeta.
                      *Sexual = habla masculina, habla femenina.

LENGUAJE Y LENGUA

          “Tomando en su conjunto, el lenguaje es multiforme y heteróclito; a caballo en diferentes dominios, a la vez físico, fisiológico y psíquico, pertenece además al dominio individual y al dominio social; no se deja clasificar en ninguna de las categorías de los hechos humanos, porque no se sabe como desembrollar su unidad”[1]. Según esta afirmación de Saussure, podemos evidenciar que el lenguaje presenta caras muy heterogéneas, definiéndose también como la facultad natural que tiene el ser humano para comunicarse entre sus iguales. Es por esto, que el lenguaje es el objeto de estudio de la lingüística, pero también de otras ciencias como la psicología, antropología, filología, entre otras. Sin embargo, lo que los diferencia es que cada una de ellas lo hace desde una perspectiva determinada.

            Pero si volvemos a la afirmación de Saussure y las tantas caras que presenta el lenguaje, cabría preguntarnos ¿cuál de todas ellas es la que presenta utilidad para la lingüística? Sin lugar a dudas la respuesta está en la lengua. Es decir que es la facultad de constituir un sistema de signos distintos que corresponden a ideas distintas. En suma, aprendido y compartido por todos los hablantes, permitiéndoles comunicarse entre sí y poseyendo un carácter pasivo, inmaterial y por lo tanto social. Es en sus palabras, “norma de todas las manifestaciones del lenguaje”[2], el componente esencial del lenguaje.

           Pero la otra cara de la misma moneda la constituye el habla. Es decir aquel componente, que hace referencia a la realización concreta de la lengua por un hablante en un momento dado, al emitir un mensaje preciso mediante el uso de los signos y reglas del sistema que considere pertinentes, y se caracterice por ser activa, material e individual. Con otras palabras podríamos decir que una sin la otra no podrían vivir, ya que entre ellas existe una relación de mutua dependencia.

LENGUA Y HABLA

          Existe una clara dicotomía entre los conceptos de la lengua y el habla, esta dicotomía define y distingue claramente a cada uno de ellos. En primer lugar, como se ha mencionado, el habla es la parte social del lenguaje, es algo externo al individuo, que por si solo no puede alternarla en su estructura. En este caso, sin la necesidad de que a través de un aprendizaje se adquiera, el habla es uniforme, un sistema organizado de signos de carácter arbitrario, que los seres humanos adquirimos a través de la comunidad a la que estamos insertos. En cambio, la lengua es susceptible de análisis ya que es un objeto concreto. Sus unidades así como estas asociaciones que se establecen entre ellas son en esencia psíquicas, pero no abstractas.

            Entonces, el habla es un hecho netamente individual del lenguaje, por lo tanto no es homogénea sino cambiante, circunstancial, siendo además, un objeto concreto de orden físico y fisiológico, por ser que en ella intervienen órganos auditivos y articulatorios. Este acto, está sujeto a la voluntad de cada individuo, que se expresará de acuerdo a su propio indirecto y de un modo distinto de cada enunciación. En otras palabras, el habla va a ser la forma de manifestación de la lengua en el discurso, comprendiendo, por un lado, las combinaciones que libremente elija cada persona y por otro lado, en concordancia con los actos de fonación.






[1] SAUSSURE, Ferdinand. “Curso de lingüística general”.
[2] Op. Cit.

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